El apego es un proceso que desarrollamos a lo largo de toda la vida a partir de que nuestro cerebro activa paulatinamente sus funciones desde el vientre materno. Los bebés inician el desarrollo de vínculos desde su cuerpo, usando sus sentidos primordialmente y recibiendo a través de ellos los estímulos que les permitirán un desarrollo emocional adecuado y suficiente, sin embargo desafortunadamente no todas las personas desarrollan un apego seguro y vínculos saludables, la infancia en este sentido es fundamental, ya que es la etapa de la vida en la que aprendemos a confiar en los demás y por consecuencia, en nosotros mismos y en el mundo que nos rodea.
La Teoría del Apego desarrollada por John Bowlby, se refiere al vínculo interpersonal entre el niño y sus padres, que sirve para proteger a la persona y brindarle seguridad.
(Bowlby, 1969, 1982).
Las relaciones de apego se desarrollan con base en los efectos acumulativos de éxito o fracaso en las interacciones con nuestros cuidadores. De esta manera cuando vivimos en un ambiente en el que percibimos peligro y amenazas, o lo contrario: amor, afecto y seguridad, podremos desarrollar relaciones de apego inseguras, en el primero de los casos, y seguras en la mejor de las circunstancias.
El apego contiene y abre al mismo tiempo, el mundo del niño, promoviendo que el niño explore dentro de un marco de seguridad y confianza.
El apego provee un modelo saludable del "sí mismo" y del "otro".
Gracias al apego, el niño aprende a comunicarse y a "leer" e interpretar las señales de comunicación que recibe tanto de las personas, como del mundo en el que vive.
El apego enseña al niño la forma de comprender, tolerar y en su caso, lidiar con las experiencias emocionales.
Las experiencias de apego son formativas porque facilitan el desarrollo del mecanismo auto-regulatorio del cerebro, el cual le permite al individuo desarrollarse efectivamente en la vida en sociedad. De hecho, la auto- regulación del niño es el asunto más importante en su propio desarrollo. (Fonagy y Target, 2002).
La formación de apego seguro es una tarea crítica en el desarrollo, relacionada con resultados positivos como:
Éxito académico
Funcionamiento adaptativo socio- emocional
Satisfacción por las experiencias de la vida
Vida alejada de la psicopatología
La formación de apego inseguro impacta en la habilidad para cumplir con las tareas de un desarrollo normal a lo largo de la vida, tales como:
Auto estima baja
Incremento en los síntomas de depresión y ansiedad
Pobre adaptación a la vida en sociedad
Dificultad en la regulación emocional
Pobres relaciones interpersonales
Mary Ainsworth (1978) desarrolló un experimento titulado "la situación extraña", en la que explica los tres tipos básicos de apego que desarrollamos los seres humanos:
Apego seguro
Apego evitativo
Apego ansioso o ambivalente
Posterior a esta clasificación, Main y Salomon (1986) incluyeron el Apego Desorganizado o desorientado como un cuarto tipo de apego.
Una de las tareas más importantes a desarrollar en un proceso terapéutico, quizá la más importante para que los cambios que suceden en la persona sean exitosos y permanentes, es crear un apego seguro con el terapeuta, en donde la confianza brinde seguridad, contención y estabilidad para que la persona explore y se descubra a sí misma como un ser valioso y con alto potencial creativo, de esta manera podrá desarrollar conciencia de sí mismo y auto regulación emocional.
El apego seguro permite una sensación internalizada de tener recursos para valerse por sí mismo en la vida y ser capaz de hacerlo bien. Cada persona desarrolla diferente tipo de apego y éste afecta la forma en que se comparta a lo largo de la vida tanto en sus relaciones, como en el trabajo, la familia, la escuela, etc.
Uno de los retos más grandes para los terapeutas, es justamente trabajar con personas con apego inseguro, tomando en cuenta que de los cuatro tipos mensionados, tres son así: apego inseguro. Para lograr un buen trabajo profesional, el terapeuta debe reunir y desarrollar las capacidades de ser confiable, predecible, resposnivo, auténtico y transparente, brindando un espejeo empático y significativo en los niveles somático y cognitivo, para que de esta forma la persona que se acompañe, pueda construir una estructura interna en un ambiente de seguridad, creando así significados nuevos, confianza, disfrute y abriendo para sí mismo la posibilidad de una vida plena y feliz.
Sintonizarse con el consultante, responder efectivamente y a su ritmo, empatizar y desarrollar un vínculo seguro y sólido, son tareas que requieren el propio trabajo con el apego del terapeuta, de esta manera es trascendental el desarrollo de actividades de auto cuidado y de revisión de los conflictos y situaciones personales que pudieran enturbiar el trabajo con cada consultante.
Trabajar con seres humanos es una tarea que requiere dedicación, amor, respeto, estudio constante y actualización permamente.
Si deseas modificar tus conductas, pensamientos y encauzar adecuadamente tus emociones, acude a terapia, habemos profesionales que estaremos felices de servirte y poner nuestra capacidad a tu disposición, ¡hoy es un excelente día para empezar!
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Desarrollo mi trabajo como Profesional Clínico en Trauma, certificado por la IATP: International Association of Trauma Professionals, Profesional Pleno en Salud Mental, miembro de AIBAPT: Asociación Iberoamericana de Psicotrauma. Lee más sobre mí ¡haciendo clic en este enlace! o agenda una cita enviando un mensaje, será un placer atenderte.
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